Qué esperar cuando nadie lo espera: el desastre demográfico que se avecina en Estados Unidos

Mire a su alrededor y piense por un momento: ¿Estados Unidos está demasiado poblado? Durante años, se nos ha advertido sobre el peligro inminente de la superpoblación: personas que compiten por el espacio en un planeta que está a punto de estallar y se está quedando sin petróleo, alimentos, tierra y todo lo demás. Todo es una tontería. La bomba demográfica nunca explotó. En cambio, las estadísticas de todo el mundo dejan en claro que desde los años 70, nos enfrentamos exactamente al problema opuesto: la gente tiene muy pocos bebés. El crecimiento demográfico se ha desacelerado durante dos generaciones. La población mundial alcanzará su punto máximo y luego comenzará a disminuir en los próximos cincuenta años. En algunos países, ya ha comenzado. Japón, por ejemplo, tendrá la mitad de su tamaño actual a fines de siglo. En Italia, ya hay más muertes que nacimientos cada año. La política de hijo único de China ha dejado a ese país sin suficientes mujeres para casarse con sus hombres, sin suficientes jóvenes para mantener a los ancianos del país y con una inminente contracción demográfica que aterroriza a la clase dominante. Y todo esto también está llegando a Estados Unidos. De hecho, ya está aquí. Los estadounidenses de clase media tienen su propia política informal de hijo único en estos días. Y un alarmante número de profesionales de clase alta ni siquiera llegan tan lejos: tienen perros, no hijos. De hecho, si no fuera por la ola de inmigración que hemos experimentado en los últimos treinta años, Estados Unidos también estaría al borde de encogerse. ¿Qué ha sucedido? Todo en la vida moderna, desde los cochecitos Bugaboo hasta las exorbitantes matrículas universitarias y las regulaciones gubernamentales, ha empujado a los estadounidenses en una sola dirección, haciendo que sea más difícil tener hijos y haciendo que las personas que aún quieren tenerlos se sientan como ciudadanos de segunda clase. Qué esperar cuando nadie espera explica por qué se produjo la implosión demográfica y cómo está transformando la cultura, la economía y la política tanto en el país como en todo el mundo. Porque si Estados Unidos quiere seguir liderando el mundo, necesitamos tener más bebés.